Las 10 claves del pacto de Sánchez con ERC que freirá a impuestos a los madrileños
Madrid no es un paraíso fiscal, como quieren hacernos creer toda la izquierda política y su clá mediática. Lo que no es Madrid y su Comunidad autónoma es el infierno fiscal en el que algunos gobiernos han convertido sus territorios, como Andalucía durante décadas de monocultivo clientelar o Cataluña desde que hubo que financiar el procés en plena crisis económica. Estas son las claves que ayudan a entender el pacto alcanzado por Pedro Sánchez con ERC para castigar a Madrid, un interés compartido por motivos diferentes.
1. 25 años de impuestos bajos
El PP gobierna la Comunidad de Madrid desde 1995, cuando Alberto Ruiz Gallardón derrotó a Joaquín Leguina. Son ya 25 años consecutivos de políticas basadas en la austeridad fiscal y los impuestos bajos desde la premisa de que los gobiernos no crean el empleo y la riqueza, sino que en sus manos sólo está crear las condiciones apropiadas para que la economía crezca. Esto es, no ahogando a las familias, los emprendedores y las empresas en la espiral recaudadora.
2. Acabar con un modelo de éxito
Acabar con este modelo de éxito (en 2018 Madrid alcanzó el hito histórico de superar a Cataluña como motor económico de España) es objetivo de todas las fuerzas políticas que, como las que ahora están al timón del Gobierno de España, defienden que el progreso económico (y social) está basado en la deuda, el gasto, el empleo público, los subsidios y, por tanto, en impuestos cada vez mayores, por muy emboscados que los vendan en el sacrosanto manto de la «justicia social» que grava exclusivamente a los ricos. Sin embargo, un estudio del Registro de Economistas Asesores Fiscales concluyó que Madrid es la comunidad que menos grava a las rentas bajas mientras que Cataluña es la que más las saquea. De tal forma que un contribuyente con 16.000 euros de ingresos brutos al año paga en impuestos 864 euros en Madrid, frente a los 1.004 euros en la región de Gabriel Rufián.
3. Ahora «Madrid nos roba»
PSOE y Podemos han encontrado a los aliados perfectos para esta ofensiva contra la Comunidad de Madrid: los independentistas catalanes de ERC. Cuando en Moncloa estaba un presidente del centroderecha, el lema era «España nos roba». Ahora que el presidente es un aliado socialista, «Madrid nos hace dumping fiscal». De tal forma que los que aspiran a una Cataluña independiente, sin depender de España para nada, no consienten siquiera que Madrid pueda ejercer su autonomía fiscal. Y ese PSOE que presume de federalista ataca una de las máximas del federalismo: la competencia fiscal.
4. Jaque a la singularidad fiscal
De los 13 puntos que consta el acuerdo de ERC con el Gobierno para apoyar los Presupuestos Generales del Estado hay dos específicamente redactados con el único objetivo de acabar con la singularidad fiscal de Madrid, esa que le permite recaudar más tras cada rebaja fiscal: 157 millones más en 2019 en los impuestos que previamente había reducido.
5. Impuesto sobre el Patrimonio
El punto 9 se refiere a la «reforma del impuesto sobre el Patrimonio», un tributo que desde 2008, con Esperanza Aguirre en la Puerta del Sol, está bonificado al 100% en Madrid. Es decir, no se paga nada por él. No existe de facto. Pues bien, que se vayan preparando los madrileños. El acuerdo con ERC defiende que hay que establecer en toda España límites mínimos y/o máximos de gravamen para «evitar situaciones de competencia fiscal a la baja».
6. Armonización fiscal
«La armonización fiscal se tiene que producir en determinados impuestos en nuestro país si queremos garantizar la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos, vivan donde vivan», ha dicho hoy el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
7. Dumping fiscal no, autonomía
Quédense con el concepto: armonización fiscal. Será el nuevo mantra que escucharán a partir de ahora hasta la saciedad para justificar la necesidad de acabar con lo que el PSOE, Podemos, ERC y su coro mediático han dado en llamar el dumping fiscal de Madrid por ejercer su autonomía financiera, reconocida en la Constitución, y su capacidad de decisión para imponer la presión fiscal que considere oportuna. Para los madrileños la «armonización fiscal» significará simple y llanamente mayores impuestos. Y eso pese a que Madrid aporta el 70% al fondo de solidaridad del Estado (23.000 millones más que Cataluña desde 2009).
8. Impuestos justos y progresivos
Como es natural, tanto el regreso del impuesto del Patrimonio a Madrid como el resto de la «armonización fiscal» llegará adornada con el ropaje de la mejor verborrea progresista. El punto 8 del acuerdo del Gobierno con ERC explica que «el sistema tributario español requiere de una reforma para adecuarlo a la realidad económica del siglo XXI que permita hacerlo más equitativo, progresivo, justo y que incorpore la imposición medioambiental, digital y con perspectiva de género».
9. Mayor recaudación
Hay que recaudar más porque «el nivel de tributación respecto del PIB o presión fiscal en España está lejos de la media de los países de nuestro entorno», se lee en el pacto. También está lejos de la media de los países de nuestro entorno un Gobierno con 22 ministros, pero de eso no se dice nada en el acuerdo. Ni tampoco de que Cataluña sea la comunidad autónoma con más impuestos propios (15), mientras que Madrid sólo tiene tres. Quizá esta voracidad fiscal, junto a la inseguridad jurídica generada durante los años del procés, contribuya a explicar el éxodo que empresas catalanas hacia Madrid: 433 sólo este año y 3.558 desde el golpe del 1-O.
10. Comité de expertos
Una vez sean aprobados los Presupuestos del próximo año, salvoconducto de Sánchez para agotar la legislatura, el pacto con ERC establece que deberá constituirse un «comité de personas expertas» para la reforma fiscal. Se desconoce si este nuevo comité de expertos será sólo el trampantojo de una decisión política, como sucedió con la desescalada en la pandemia antes del verano. En cualquier caso, ésta será su misión: «Establecer las bases para una reforma tributaria estructural a medio y largo plazo que modernice y aumente la eficiencia del sistema tributario del Estado». Observen cómo se evita la palabra España, aunque se trate de un pacto del Gobierno de España con ERC, uno de los partidos que aspira a romperla.
La presidenta madrileña, Isabel Díez Ayuso, se prepara para la batalla que se avecina: «Seré la peor pesadilla política para quienes intenten romper España y robarle a los madrileños para pagar las corruptelas del independentismo».